Less Spanish People

Que grata alegría la de hoy. Un buen desayuno y unas compras por Dublín. A la par que los españoles han desaparecido.

El día empezó con un grandioso desayuno. Mi compañero me pregunta que narices hago para tener que levantarme 30 minutos antes que el, simple y llanamente desayunar, con contundencia, que sino el día se hace largo y con el estomago vacío esta claro que no se rinde.

Luego en el colegio menuda alegría me he llevado cuando en la primera media hora de clase era el único hispano parlante. Increíble. Pero cual fue mi desilusión cuando me acorde que los españoles tienen otro horario, el de entrar los lunes un poco mas tarde, la vida del golfillo que es muy dura (esta frase no es mía). Efectivamente cuando llegaron ya se me había quitado la sonrisa de la boca. pero bueno esta semana solo vamos a ser 3, que no esta nada mal y de eso me alegro. The Spaniards are the worst.

Al finalizar las clases y tras quedé como el empollón de la clase o el pelota de turno por pedirle ejercicios al profesor para hacer en casa, menos mal que no fue en publico.

Acto seguido me fui a Dublín donde adquirí un valiosísimo y carísimo ejemplar de gramática inglesa, de esos libros que los pones en la estantería o debajo de una mesa y nunca lo usas. Bueno lo mismo si para potenciar el ingles de mi hermano. Además de ver tiendas de ropas varias y divisar camisetas de equipos de fútbol. Pero sin ningún derroche ya que el objetivo eran camisetas de rugby y no había. Pero ya daré con ellas.

A la vuelta a casa y tras montarle un receptor de ondas para poder intercambiar datos con la red Internet (es decir, conectar el receptor USB al ordenador bajarme los drivers y instalarlos en un portátil) nos pusimos a cenar un suculento pollo al horno con patatas y otras cosas que no se que son pero si que estaban crujientes o dura que narices. Reseñar de la cena que no solo diviso en un plato apartado de la mundanal nada los muslos y las alas del pollo. Tras preguntarles que iban a hacer con ello y decirme que se lo iban a dar al perro. No solo me indigne sino que me lo comí, con su permiso y el del perro que me estaba mirando con cara de decir a la que te descuides te como lo que te cuelga. Pobrecillo que cara de cordero desollado que estaba poniendo y lo bien que me ha sabido.

Bueno por hoy ha sido todo, corto y conciso. Y daros las gracias por el apoyo condicional que me estáis dando en este mi destierro de mi patria natal. Las fotos las colgare cuando las haga que de momento me he traído un cacharro de adorno. Sin más me despido cortésmente.

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